Tres jóvenes adolescentes unieron sus voluntades y -sin consultar, ni pedir permiso a nadie- decidieron hacer algo para demostrar que están dispuestos a cambiar el mundo.
Se reunieron una mañana en el parque Quiñones (cuadra 5 de Jr Huayna Cápac) y extendiendo una tela escribieron este mensaje que ha conmovido a los vecinos y transeuntes de esta zona que frecuentemente somos testigos mudos y ajenos cuando alguien es víctima de un asalto o atropello a sus derechos. Este letrero nos hace reflexionar que dos o tres delincuentes no pueden establecer su reino en una esquina haciendo víctima de sus maldades al transeunte que ven desprevenido o indefenso. Ya no podemos respetar, ni temer a nuestros agresores. Está visto que las fuerzas policiales no son suficientes para contener a los pequeños infractores y delincuentes callejeros que tanto daño y zozobra crean en los vecindarios. Hagamos algo cuando somos testigos de delitos. Aún la agresión sonora de compradores de fierro viejo y objetos en desuso puede combatirse si nos atrevemos a enfrentar con nuestra protesta enérgica a tantos tricicleros que armados de potentes altavoces o megáfonos nos quitan el derecho al descanso y tranquilidad en nuestro propio hogar.
